"APRENDIZAJE COOPERATIVO" Una alternativa en el aula escolar

CALENDARIO CICLO ESCOLAR 2021 - 2022

 CULTIVANDO

LOS VALORES

“Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el hombre que ama lo justo”.

Confucio, Filósofo chino 

"Los hombres que creen que todo está escrito evitan ser responsables."

Jean-Paul Sartre

 

 

 

 

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1er ENCUENTRO

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JUSTICIA

 

f. Virtud que inclina a dar a cada uno lo que le pertenece o lo que le corresponde.

Se relaciona con:

Derecho, razón, equidad. Lo que debe hacerse según el derecho o la razón. Pena o castigo y su aplicación. Poder judicial. Persona o tribunal que administra justicia.

 

—Diccionario de la Lengua Española, Vigésimo segunda edición.

 

 

La justicia es mi valor

Una persona justa conoce las normas y leyes vigentes de la comunidad, el municipio, la ciudad, el estado y el país donde vive y las hace valer en tres sentidos:

1) las respeta en su conducta diaria;

2) exige que se respeten en los asuntos que le conciernen;

3) procura que se respeten en el caso de las demás personas, en especial cuando se hallan en desventaja.

 

En otras palabras, protege y respeta los derechos ajenos y exige que se protejan y respeten los suyos. El valor de la justicia no se limita a los asuntos legales, se extiende a la vida diaria procurando que cada quien reciba lo que le corresponde y tomando decisiones que no afecten negativamente a los demás.

 

 

La justicia de los niños y las niñas

Si no existiera la justicia viviríamos en un mundo sin orden ni leyes. Nadie respetaría la vida de sus semejantes ni iría a la cárcel cuando cometiera un delito. Cualquiera podría entrar a tu casa y llevarse tus cosas, los maestros te pondrían la calificación que se les antojara sin importarles cuánto sabes, nadie estaría obligado a cumplir sus promesas y los partidos de futbol siempre acabarían a golpes, pues ninguno de los dos equipos tomaría en cuenta el marcador. En una realidad así sólo sobrevivirían los más fuertes, pues al no haber normas, acuerdos o reglamentos, la única manera de conseguir lo que quisiéramos sería mediante la violencia, la intimidación o el abuso. Por fortuna, la justicia existe. Y aunque eso no significa que las personas se comporten siempre de manera justa o que en la sociedad nunca haya desacuerdos, lo cierto es que la mayoría de nosotros preferimos que reine el respeto, la armonía y la paz. A todos nos molesta que no nos tomen en cuenta o nos den menos de lo que merecemos (o creemos merecer). También solemos indignarnos cuando alguien es tratado de manera arbitraria o fue privado de alguno de sus derechos. Esto sucede porque el valor de la justicia vive en nosotros y nos sentimos afectados cuando vemos que alguien actúa de manera injusta. El caso de fray Bartolomé de las Casas, un fraile dominico que llegó a tierras americanas a principios del siglo XVI, es un buen ejemplo de cómo este valor nos motiva a ser mejores. Nacido en Sevilla en 1484, Bartolomé fue testigo del trato inhumano dado a los indios por los españoles en el llamado Nuevo Mundo. Dicha injusticia le produjo un gran enojo, motivándolo a luchar a lo largo de su vida en favor de los indígenas. Gracias a su esfuerzo se promulgaron leyes para protegerlos. Hoy se considera a este hombre como uno de los precursores de los derechos humanos.  

 

¿Y tú qué piensas…?
• ¿Consideras que vives en una sociedad justa?
• ¿Conoces algún caso de injusticia que se haya cometido en tu comunidad o en tu escuela?
• ¿Por qué consideras que es importante la justicia?
• ¿Qué crees que se pueda hacer para que la sociedad sea más justa?  

  

¿Ya lo pensaste?

La búsqueda de la justicia no se limita a los tribunales y a las autoridades, debe ser la misión de todos nosotros en la vida diaria como sociedad civil. Se trata de facilitar el camino para que cada quien expanda su potencial: respetar el derecho de nuestros familiares a realizar sus planes individuales, ayudar a las personas a que obtengan lo que les corresponde, no arrebatar a los demás sus derechos y luchar por conservar los nuestros. Con nuestras acciones podemos contribuir a construir una sociedad igualitaria, armónica y respetuosa que exprese las máximas virtudes de cada uno de sus integrantes.  

 

 

Historia Nacional

El Chamizal

 

A causa de la guerra contra Estados Unidos que se libró de 1846 a 1848, la República Mexicana perdió más de la mitad de su territorio original. Gran parte de la frontera quedó determinada por el curso natural del Río Bravo, también llamado Río Grande del Norte. A la altura de Paso del Norte, población llamada hoy Ciudad Juárez, había una porción de terreno que se situaba del lado mexicano; pero en 1864, cuando el Río Bravo cambió su curso por un fenómeno natural, quedó del lado de Estados Unidos, lo que significaba el riesgo de perder una sección adicional de nuestro país. En 1866 el presidente Benito Juárez informó al gobierno de Estados Unidos que este fenómeno natural no disminuía el territorio mexicano. Sin embargo, el país vecino se negó a aceptarlo, asegurando que cualquier área ubicada al norte del río era suya. Juárez murió sorpresivamente en 1872, antes de que el asunto quedara resuelto. Aunque El Chamizal tenía una extensión de apenas 2.4 kilómetros, conservarlo como parte de la República Mexicana tenía un gran significado para la soberanía nacional, las relaciones con Estados Unidos y el respeto a la justicia internacional.

El conflicto se mantuvo igual durante el largo gobierno de Porfirio Díaz. El 24 de junio de 1910 se acordó someter el asunto a una comisión en la que habría representantes de México y Estados Unidos y un jurista canadiense, seleccionado por ambas partes, que debería hacer el papel de árbitro. El elegido fue el abogado Eugène Lafleur, quien gozaba de una excelente reputación en su país por su imparcialidad y conocimiento de las leyes internacionales. El 15 de junio de 1911, por mayoría de votos, la Comisión resolvió que El Chamizal pertenecía al territorio mexicano y que se debía reintegrar oficialmente a éste. Pero Estados Unidos se negó a acatar la resolución en las décadas siguientes y el gobierno mexicano no pudo hacer gran cosa al respecto: iniciar una guerra sería absurdo tomando en cuenta el tamaño del área en disputa y la desventaja militar de México en comparación con Estados Unidos. México optó por una estrategia política que tomó años desarrollar. Finalmente, en 1963 se reunieron los presidentes Adolfo López Mateos, de México, y Lyndon B. Johnson, de Estados Unidos, siguiendo lo determinado por la Comisión acordaron que el territorio en litigio se restituyera a México, hecho que se verificó a partir del 28 de octubre de 1967. El nuevo cauce del Río Bravo se rectificó para evitar cambios inesperados y fue inaugurado en 1968.

 

¿Lo sabías?

 

Una de las misiones esenciales de todo gobierno es impartir justicia. En México el poder judicial es uno de los tres que dirigen el rumbo de la nación. Los otros dos son el ejecutivo (el presidente) y el legislativo (las cámaras de diputados y senadores). Su máxima instancia es la Suprema Corte de Justicia de la Nación que se encarga de cuidar el equilibrio entre los poderes y solucionar los asuntos judiciales más importantes. No existe ningún órgano por encima de ella ni recursos que puedan oponerse a sus decisiones. Está conformada por once ministros y es presidida por uno de ellos. Éstos deben ser licenciados en derecho, honorables, eficientes y capaces, con buenos antecedentes como defensores de la justicia y una trayectoria libre de manchas.

 

Frases de justicia

 

"El bien es un ideal de justicia y de virtud que puede imponernos el sacrificio de nuestros anhelos, y aun de nuestra felicidad o de nuestra vida."

Alfonso Reyes

 

Sólo se puede ser justo siendo humano.”

Marqués de Vauvenargues, militar y escritor francés

 

 “Es peor cometer una injusticia que padecerla porque quien la comete se convierte en injusto y quien la padece no”.

Sócrates, Filósofo griego

 

“El hombre justo no es aquel que no comete ninguna injusticia, sino el que pudiendo ser injusto no quiere serlo”

Menandro de Atenas, comediógrafo griego

 

“Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el hombre que ama lo justo”.

 

Confucio, Filósofo chino

 

 

Cuento de justicia

 

"El juez y el burro"

 

Hace tiempo, en un pueblo maya de Yucatán, vivió un anciano muy sabio llamado Arnulfo Ku Balam. La comunidad lo había designado juez y, por este motivo, la gente que tenía algún problema legal solía presentarse en su casa para solicitar justicia. Como era honrado y tenía buen juicio, los habitantes del lugar confiaban en él. Una tarde llegaron varios sujetos hasta su casa. Venían muy alborotados. Como todos hablaban al mismo tiempo, Arnulfo no les entendía nada, así que levantó su bastón de mando y les ordenó silencio. Luego le pidió al que parecía estar más enojado que explicara por qué estaban allí. “Nuxib, venimos porque uno de estos jóvenes me ha robado un anillo. Era un anillo de oro que perteneció a mi madre”, explicó el sujeto mientras señalaba a tres muchachos que venían con las manos atadas. “Si uno de ellos te robó, ¿por qué los tres están amarrados?”, quiso saber el anciano. El acusador dijo que, en realidad, no sabía quién era ladrón. “Lo único que sé es que fue uno de ellos y he venido para que tú lo descubras.” Arnulfo lanzó una carcajada. “Soy juez, no adivino. ¿Cómo quieres que lo sepa? Mejor pregúntales a ellos”, dijo. El hombre respondió que ya los había interrogado y hasta los registró sin ningún resultado. Luego explicó que los jóvenes eran cazadores y él les había brindado alojamiento en su casa durante una noche. “Hoy por la mañana descubrí que el anillo ya no estaba. Seguro lo tiene uno de ellos.” Arnulfo miró a los sospechosos durante un rato y luego les preguntó si alguno se había apropiado de la alhaja. Ellos lo negaron. Entonces el juez dijo que tenía una forma de averiguarlo. “Escúchenme bien, resulta que poseo un burro prodigioso. Este animal habla igual que un humano. Cuando el ladrón le jale la cola, el burro dirá su nombre en voz alta.” Al oír esto, todos creyeron que era una broma. Pero el anciano no parecía estar bromeando. “Se los demostraré”, dijo y entró en el establo. Luego salió y les ordenó los muchachos que entraran por turnos y le jalaran la cola al borrico que estaba adentro. Aseguró que el animal identificaría al ratero diciendo su nombre claro y fuerte. Los tres entraron y volvieron a salir, sin que el burro hablara. “Parece que su burro falló”, dijo la multitud aguantándose la risa. “Nada de eso”, respondió Arnulfo. “Gracias al burro voy a saber quién tiene el anillo”, aseguró. Entonces les ordenó a los jóvenes que le mostraran las palmas de las manos. Tras examinarlas declaró: “Este joven de bigote es el ladrón.” Al verse acorralado el muchacho comenzó a llorar y confesó la verdad.

“¿Cómo es posible?”, preguntaron todos. “Jamás oímos al burro hablar.” Entonces el anciano admitió que el animal no hablaba, pero fue gracias a él que supo quién era el culpable. “Cuando entré al establo embadurné con lodo la cola de asno. Sólo dos de los muchachos le jalaron la cola; estaban seguros de que el burro no diría nada porque eran inocentes. En cambio, el culpable temió que el animal lo denunciara y no se atrevió a hacerlo. Era el único cuyas manos estaban limpias. Así supe que él era el ratero.” Todos se quedaron muy admirados de la astucia de Arnulfo Ku Balam. En cuanto al ladrón, fue entregado a la policía.

 

¿y tú qué piensas...?

• ¿Qué opinas de la astucia empleada por Arnulfo Ku Balam?

• ¿Te parece que es un buen juez?

• ¿Qué castigo crees que merezca al ladrón?

 

• ¿Consideras justo que hayan amarrado a los tres jóvenes aunque sólo uno era el ladrón?

 

 

Responsabilidad

 

Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente.

Fuente: Diccionario de la Real Academia Española

 

La responsabilidad es mi valor

Una persona responsable es capaz de responder y enfrentar con inteligencia, esfuerzo, interés, creatividad y convencimiento las situaciones que se le presentan en la vida de acuerdo con su edad y actividad, por ejemplo, lo que se le solicita en la escuela, en el ambiente familiar o en su trabajo, siempre que esa solicitud sea razonable y respetuosa. También es capaz de responder ante las oportunidades que se le abren y ante las metas que ella misma se ha fijado, como el músico que desea dominar la ejecución de un instrumento o el gimnasta olímpico que aspira a obtener una calificación perfecta. Del respeto y la estimación que tenga cada persona por sí misma depende la responsabilidad que adquiere frente a los demás. Por otra parte sólo siendo responsable puede pedirles a los otros que lo sean y construir una comunidad sólida y próspera donde cada quien haga con excelencia aquello que le corresponde.

  

En la torre de control

Existen ciertas circunstancias en las que no podemos cumplir con nuestra responsabilidad. Por ejemplo, si enfermamos de gripe y no acudimos a la escuela o al trabajo, o si había demasiado tránsito vehicular y nos retrasamos para llegar a una cita. Esos casos resultan comprensibles y, simplemente, hay que explicar lo que ocurrió. Pero hay otros en los que las personas cuentan con todo lo necesario para hacer lo que les corresponde y, no lo hacen. Esas personas se llaman desobligadas. Las consecuencias de esa actitud ocurren en dos sentidos: por un lado quienes los rodean dejan de tomarlas en serio y pierden la confianza. Por otro, las personas irresponsables son incapaces de ir dando una orientación a su vida. Se les olvida que son ellos, y no los demás, quienes construyen su destino. Ten presente que cada paso que des puede marcar un avance o un retroceso en la vida.

 

Viviendo el valor

El valor de la responsabilidad se relaciona con la idea de respuesta, y se ejerce cuando cada persona ofrece una actitud adecuada a las tareas que le corresponden. En algunos casos exige superar las dificultades necesarias para conseguir un objetivo. En su sentido más profundo se vincula con el respeto a los compromisos que hicimos con las demás personas y con la tarea de definir la dirección de nuestra propia vida.

 

Muchas cosas dependen de ti

Cada una de las personas que pueblan el mundo desarrolla sus propias tareas a diario. Éstas, como puedes ver a tu alrededor, suelen ser muy variadas: el albañil acude a la obra que está construyendo, el policía vigila el orden de las calles, el estudiante aprende en la escuela y en sus libros. Ser responsable significa hacerlas con excelencia, depositando en ellas nuestras mejores cualidades: lograr que la construcción sea segura y hermosa, procurar que las personas se sientan seguras al atravesar, aprovechar al máximo las clases que nos da el maestro. Cuando nos pregunten de qué forma hemos cumplido con esas tareas, daremos una respuesta segura: pusimos todo nuestro empeño en ellas. Pero la responsabilidad también existe hacia adentro. La mayor tarea que tenemos como seres humanos es hacer algo brillante y valioso de nuestra vida. La reflexión nos permite verificar si lo estamos haciendo así, y orientar nuestro esfuerzo en el mejor sentido.

 

Benito Juárez: el presidente responsable. (1806-1872)

A lo largo de su vida Benito Juárez encarnó los valores más importantes. Pero quizá el que llevó más lejos fue su sentido del deber. En 1858 llegó a la presidencia de la República, el cargo de mayor responsabilidad pública en todo un país.

 

Como mandatario legítimo tuvo que enfrentar los conflictos derivados de la Guerra de Reforma (1858-1861), cuando sus opositores políticos formaron un gobierno ilegítimo paralelo al suyo. Al término de este conflicto hubo de soportar otro nuevo: la Intervención Francesa. El avance de las tropas extranjeras que respaldaban al emperador Maximiliano lo obligó a salir de la Ciudad de México para defender su vida.

 

 

FRASES DE RESPONSABILIDAD

 

"Por regla general los hombres deben poco a lo que son por nacimiento. La clave está́ en lo que ellos mismos hacen de su vida"

Alexander Graham Bell

 

"Los hombres que creen que todo está escrito evitan ser responsables."

Jean-Paul Sartre

 

"El precio de la grandeza es la responsabilidad."

Winston Churchill

 

“El molde de la fortuna de cada hombre son sus propias manos”

Francis Bacon

 

"Una persona responsable tiene una actitud de estima y respeto para con su propia persona y aporta esos mismos valores a las tareas en que participa. No puedes escapar a la responsabilidad de mañana evitándola hoy"

Abraham Lincoln

 

Cuento de Responsabilidad

 

 

"Sobre las olas"

 

Eduardo José tenía doce años cuando descubrió su vocación: quería ser pianista. Hizo la prueba con un instrumento que había en la casa de su tía Teresa. Al ver que cada vez tenía más interés, sus padres buscaron ofertas, le compraron un antiguo piano y le consiguieron una maestra particular. La profesora Cuca se sorprendía al ver los avances que hacía el chico y cuando Eduardo cumplió quince años ella habló con sus padres: “Tendrán que inscribirlo en el Conservatorio”.

Después de varios exámenes se presentó a la primera lección con la maestra Poliakov, una afamada concertista rusa. Eduardo quiso sorprenderla con su interpretación del vals Sobre las olas, pero ella le paró el alto. “Un momento. Escucha mi primera lección. Lo importante no somos ni tú, ni yo, ni nuestra fama, nuestro lucimiento o prestigio. El deber de un pianista es cumplir con las expectativas de un público que asiste a vivir un momento emocionante, y mantener viva la obra del compositor que interpreta. Todo lo que hagas, cada día que ensayes, tiene que enfocarse en eso si deseas permanecer en mi clase.” Ésa fue la primera de muchas tardes en las que conversaron, repasaron escalas, leyeron partituras y exploraron juntos las brillantes teclas blancas y negras. Cuando la clase acababa, Eduardo se quedaba en el salón para escuchar cómo ensayaba la maestra para sus conciertos.

Habían pasado cuatro años. Por aquellos días la profesora estaba preparando una importante presentación en la que iba a interpretar el Concierto número 1 de Frédéric Chopin en homenaje a los doscientos años de su nacimiento. Cuando lo anunciaron en los periódicos, las localidades se agotaron, pues incluso muchas personas vendrían de otros países a oírlo. Eduardo siguió los ensayos que duraban días enteros y la maestra le pidió que la noche del concierto se sentara a su lado para ayudarla a dar vuelta a las páginas de la partitura: “No puedo dar una sola nota falsa. Todo tiene que ser perfecto”.

La sala lucía repleta incluso con personas de pie. Afuera del teatro habían dispuesto pantallas para miles de aficionados. Pasaron los llamativos compases del inicio hasta la entrada del piano. La maestra comenzó a tocar con brillo, pero unos minutos después se desmayó por el excesivo trabajo de los días anteriores… Eduardo José pensó en Chopin, en las personas que anhelaban escuchar la música y en el prestigio de su maestra y, sin más, se sentó al piano. El director dio una señal para empezar de nuevo. El alumno tocó con una inspiración que conmovió al público y hasta a la maestra que había vuelto en sí y lo escuchaba sonriente tras bambalinas. Al concluir la interpretación los aplausos lo llamaron catorce veces al escenario. Y cuando le pidieron que tocara una pieza adicional las notas del vals Sobre las olas sirvieron de fondo a los sollozos de quienes presenciaron esa noche extraordinaria.

Para comentar con el grupo

 

 

  • ¿Tuvo razón la maestra en su primera lección? ¿Qué importa más, el prestigio personal o el deber de una tarea?
  • ¿Eran disciplinados maestra y alumno? ¿Se esforzaban o no en su objetivo?
  • ¿Cómo se hubiera sentido el público si el concierto se hubiera suspendido a la mitad?
  • ¿Apruebas lo que hizo Eduardo? ¿Por qué reaccionó de la forma en que lo hizo?
  • ¿Qué tenía tan contenta a la maestra al final de la presentación?